Con las primeras apariciones de granos, mi madre solicitó una hora con
el dermatólogo (el primero de una larga lista). No recuerdo bien todo lo
que me hizo comprar, pero abundaban las cremas nocturnas de peróxido de
benzoilo, los jabones especiales, los líquidos transparentes para el
día y, posteriormente, los antibióticos. Ohhhh, los antibióticos.
Podría escribir horas sobre cuánto dinero mi familia tuvo que gastar, los daños a mi cuerpo que produjo (estuve a punto de sufrir una hepatitis medicamentosa) y lo horriblemente decepcionante que era ver pequeñas mejorías… que desaparecían con el paso de los días apenas dejaba de tomarlos.
CONSIGUE LA GUIA GRATIS
Podría escribir horas sobre cuánto dinero mi familia tuvo que gastar, los daños a mi cuerpo que produjo (estuve a punto de sufrir una hepatitis medicamentosa) y lo horriblemente decepcionante que era ver pequeñas mejorías… que desaparecían con el paso de los días apenas dejaba de tomarlos.
CONSIGUE LA GUIA GRATIS
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar